lunes, 8 de octubre de 2012

A veces me pregunto...

A veces me pregunto cómo puedes estar tan cerca y tan lejos; cómo puedo yo sentir tanto y tú tan poco... o nada.
Y me pregunto si no soy nacida de tu costilla como siempre he creído, si el hombre del que soy parte está en otro lugar, tal vez cerca de mí y yo lejos de él. Pero luego, me encierra el pánico al preguntarme si es que de verdad se puede querer aún más.
A veces me digo que yo tengo la culpa, que si tú no me prestas atención y no necesitas de mí, es porque nunca hubo nada entre nosotros, ningún lazo, ninguna amistad, ninguna mirada, ningún odio, ninguna palabra de verdad, quizá nunca me quedé anclada a tus ojos cuando te conocí, quizá todo es imaginación mía y sólo estoy aferrada a un capricho... pero ese pensamiento me duele, me hace daño y ya no sé qué creer.
A veces te hecho a tí la culpa de ser tan ciego de verme y no verte; a veces te hago responsable de lo que soy, de mis miedos, mis complejos, mis inseguridades, de mi coraza irrompible, de mi cuerpo imperfecto, de mis defectos sin virtudes.
Pero otras veces simplemente no sé qué pensar y sé que sólo quiero saber cuando podré dejar de añorar

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