martes, 24 de julio de 2012

Cincuenta Sombras de Grey.


Cincuenta Sombras de Grey:



El libro del que habla todo el mundo, incluso el mismo libro en su portada lo dice y es verdad. No por nada se convirtió en el más vendido de Argentina y Chile en la primera semana luego de haber tocado tierra.
 ¿Pero es tan bueno?
Yo diría que tiene la Sustancia X, eso que lo hace adictivo y superpoderoso. Ese secreto que tiene la saga de donde partió todo: Crepúsculo. Tal vez todo provenga de esa tentación de tener lo que no podemos, o tal vez es esa ilusión de decir “si ella puede ¿Por qué yo no?”; y he aquí donde me gustaría citar una parte del libro, una de esas en las que simplemente lo entiendes todo, todo encaja y lo comprendes, sabes por qué te gusta.
-Realmente disfrutas esto -murmuro
-¿Qué?- Me mira. Parece burlón a la penumbra de los instrumentos.
-Volar- contesto
- Requiere control y concentración... ¿Cómo podría no amarlo? Aunque prefiero volar.
-¿Volar?
-Sí. Volar sin motor. Planeadores y helicópteros. Piloteo ambos.
-Ah.- Aficiones caras. Lo recuerdo diciéndome eso durante la entrevista. A mí me gusta leer y en ocasiones ir a ver películas. Soy más común.
Pues sucede que muchas somos “más comunes” pero Ana hace que salgamos de lo ordinario y lo convirtamos en extraordinario.
 En sí, la historia no tiene grandes sobresaltos, se resume básicamente a sus protagonistas y a los sentimientos e inseguridades de cada uno, a como lo resuelven, a cómo se enfrentan a sus primeras veces y a lo que cada uno va dejando de lado o modificando en su vida con la aparición del otro. A veces puede resultar un poco monótono o puedes sentirte encerrada en medio de la historia de amor porque realmente no sucede nada más. Y, aunque comprendes los temores de la protagonista, desearías que sus dudas se resolvieran más rápido. Cincuenta Sombras de Grey es un libro minado de escenas de sexo explícito y de una intensidad no recomendable para aquellos que no acostumbren leer este tipo de novelas. A veces te encuentras diciéndote a ti misma “y aquí van de nuevo”, y genial por ellos, pero yo habría estado más contenta con unas escenas menos.
Muchas veces, a lo largo del libro te preguntas por qué Ana siquiera se plantea estar con un tipo que quiere azotarla, pero luego ves a Christian y comprendes y te pierdes en él y quieres abrazarlo, cobijarlo y protegerlo de todo. Hacerlo feliz. Y entiendes por qué Ana sigue ahí, al pie del cañón y es porque el Omnipotente Señor Grey necesita seguridad y constancia, algo que le de control sobre las cosas o que haga sentir que lo tiene, y nuestra Señorita Steel lo intenta, aunque más de una vez le da calabazas.
En sí la historia es revolucionaria, tanto por sus orígenes como por la trama, E. L. James ha transformado la sed de sangre de Edward  Cullen en la necesidad de azotar mujeres de Christian Grey. Secretos oscuros detrás de cada protagonista masculino. Vidas sencillas y aburridas detrás de cada protagonista femenina, pero Ana no se parece a Bella más que en sus dos pies izquierdos.
El título a veces puede no cerrarte, no comprender a qué se refiere con Cincuenta Sombras, y esto se dá por una no muy clara interpretación del título original. Cincuenta Sombras de Grey, son cincuenta tonos de grises distintos que forman parte de la personalidad voluble e  impredecible de Christian.
De los demás personajes poco podemos hablar ya que no aparecen mucho y sus participaciones son cortas.
Lo destacable de la historia es, sin lugar a dudas, los e-mail que se envían Ana y Christian cada vez que están separados, son simplemente geniales y es imposible no reír a carcajada con las ocurrencias de ambos.
El final es para soltar unas cuantas lágrimas y luego quedarte con la boca abierta, pero apoyando totalmente el género femenino en cuanto a las decisiones de Anastasia.
En fin, no es la obra literaria más destacable que se haya escrito merecedora de un Nobel ni nada, pero sin embargo te atrapa y no te deja ir, te revoluciona y te vuelve un poco más abierto de mente ya que hay cosas que no porque nos hayan educado diciendo que están mal quiere decir que de verdad lo esté, cada uno tiene su propio estilo de vida y lo lleva lo mejor que puede.
 Es una historia que no vas a olvidar.

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