Hoy para no dejar el blog sin nada ya que es nuevito y no quiero que se vea tan vacío voy a tratar de publicar algo todos los días. Sólo a tratar.
Bueno inauguro esta sección con un escrito bien cursi-romanticón de esos que suelen ocurrirseme cuando voy en colectivo sin nada que leer, ni escuchar, ni estudiar, ni nadie con quién conversar, en fin cuando estoy bien aburridita.
No son parte de algo más grande ni nada, son escenas que se me ocurren que obviamente tienen una historia detrás, pero que no está escrita ni pensada en detalle. Sólo la escena y nada más, por eso van a encontrar nombres y cosas que van a decir ¿Y éstos? Pero tampoco es cosa que no van a entender. En fin, espero que entiendan XD
Ahhh última aclaración, tengo la costumbre de ponerle "Javier" a mis personajes masculinos, no sé por qué, pero me inspira, así que de seguro van a encontrar varios nombres de chicas, pero de chicos sólo Javier, o no.
Reconciliación.
"Tenía a las dos personas que más necesitaba para que me dieran apoyo: mi mejor amiga y mi hermano. Aunque ellos no estaban en los mejores términos luego de su ruptura, me prometieron deja r sus diferencias de lado para ayudarme. No estaba muy segura de cómo reaccionarían luego de un mes sin verse, pero confiaba en que se olvidarían de sus problemas y me ayudarían. Necesitaba hablar con Marcos y explicarle todo, pedirle perdón. Pero no tenía las fuerzas de hacerlo sola, ni siquiera sabía qué decirle, esta iba a ser la tercera vez que lo llamara desde aquél día.
Javier estaba en el fondo cuando Mery llegó. Yo con los
nervios que tenía me movía de aquí para allá, preparando el mate, calentando
más agua, alargando el tiempo antes de llamarlo. Mery me repetía que me
tranquilizara, siempre con ese rostro dulce y risueño, aunque desde que había roto con mi hermano
había perdido esa ternura que transmitía con la mirada, ahora sus ojos
eran fríos. Me lastimaba percibir eso,
porque había que conocerla para saber que ese pequeño cambio ocultaba una gran
tristeza. Escuchamos el ruido de la puerta de atrás al abrirse y luego al
cerrarse, y el rostro de mi amiga perdió la sonrisa, pero se mantuvo a mi lado
sin titubeos. Javier entró, murmurando
un “hola” incomprensible y se sentó al lado mío, de frente a Mery. El tiempo se
detuvo cuando cruzaron sus miradas y una energía que no puedo explicar me erizó
la piel.
-- Sonia ¿Qué es específicamente lo que quieres decirle a
Marcos?—me preguntó Mery, con cariño. Tenía su mano sobre la mesa y noté que le
temblaba ligeramente. Javier también lo notó y una expresión martirizada
apareció en su rostro.
-- No lo sé. Ya lo llamé dos veces, pero las palabras no me
salen, me quedo de piedra y corto. —Respondí, frotándome las manos por los
nervios.
-- Lo fundamental es ser sincera con él—me recomendó Mery y
le lanzó una mirada dura a mi hermano.
-- Dile que lo sientes—dijo Javier—que de verdad lo sientes.
Él y Mary se miraban fijamente.
-- Dile que no pasas un día sin pensar el él—prosiguió mi
hermano—y que nada en la vida tiene sentido si no están juntos. Dile que los
días no tienen mañanas ni noches, que el tiempo ha desaparecido y que sólo
queda el caos en tu vida.
Los ojos de mi amiga se suavizaron, pero noté el temblor en
su mentón.
-- Dile que no hay manos como las suyas—dijo Javi tomando la
mano Que Mery tenía sobre la mesa, ella no la quitó.
-- Y dile que extrañas sus dedos aferrados en tu espalda y
la manera en la que se excita cuando besas su muñeca y luego muerdes su oreja.
Que no hay nada más dulce que su respiración entrecortada y su voz ronca cuando
grita que te ama mientras ven estrellas y luces de colores en ese momento
maravilloso donde son esclavos de sus cuerpos. Dile que tus sentidos han
perdido sensatez y se niegan a responder a los estímulos que deberían.
Javier calló. Me sentí totalmente ajena a la situación, pero
no podía moverme de allí. No quería hacer nada que cortara la poderosa unión de
sus miradas. Estaba embelesada por la magia que circundaba alrededor de ellos.
-- Dile que no te explicas por qué lo pájaros cantan si la
tormenta no cesa en ningún momento—Dijo Mery—Que te desborda la tempestad y la
necesidad de saber de él y no atreverte a preguntar. Dile que el olvido te
parece imposible y que te ahoga pensar en una vida lejos de él. Dile que no te
sientes fuerte si él no está contigo y que le tienes miedo a todo cuando él no
te envuelve entre sus brazos. Dile que nada importa, porque no hay algo peor
que su ausencia.
Noté como los ojos de mi hermano se humedecían y me maravilló
ver que por nada, perdían el contacto visual.
-- Dile que no hay color en la vida si no la ves a través
del verde de sus ojos—Mery se inclinó un poco sobre la mesa para hablar en un
tono más bajo—Que no hay sabor como el de sus labios siempre mentolados ni hay
olor mejor que el de su cuerpo recién bañado. Dile que no hay vida sin su vida.
-- Dile que lo amas—Dijo Javier.
-- Que lo amas demasiado—remató Mery.
Se miraron fijamente un rato más, yo no podía explicar el
porqué de sus respiraciones aceleradas y sus mejillas enrojecidas. Era una
mirada, sólo una mirada, pero parecía que estuvieran en la cumbre del éxtasis.
Yo seguía petrificada, hasta que lentamente Mery se levantó, se acercó a Javier
y lo besó como si la vida le fuera en ello. Como un incendio forestal que
necesitaba ser aplacado, había tanto en ese beso, que si hubiera tenido
pochoclos lo habría disfrutado al máximo.
Javier la tomó entre sus brazos y la alzó sin cortar el
beso. Ellos salieron, y yo me quedé con el teléfono en la mano, llena del
coraje que necesitaba y con las palabras justas. Marqué el número y me
encomendé a Dios."
Bueno espero que les guste!!
Un beso!!
1 comentario:
Hola!
Acabo de leer tu relato y me ha gustado mucho!, escribes muy bien, con sencillez, y detalles, eso lo hace natural.
Sigue así!!
Yo también soy nueva en el mundo de los blog. Te estoy siguiendo!,
un abrazo y un beso ^^
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